Querido/a: sé cómo te sientes. Tu pérdida es inmensa y el dolor te traspasa como cuchillos, como cristales que te desgarran por dentro. Es un dolor infinito y una desesperación que te destruyen, te bloquean, te quitan el aliento. Duele el cuerpo y el corazón. La tristeza lo llena todo y sólo ves ante ti una tiniebla feroz, un enorme abismo sin final.

¿Cómo se sobrevive a esta tragedia? ¿Cómo seguimos con nuestra vida cuando parte de ella se ha ido junto con nuestro ser querido? Recomponerse no es fácil, es un camino duro y lleno de altibajos, es un viaje en el que se pondrán a prueba toda tu fuerza y todo tu amor. El AMOR: esta será tu arma más preciada, tu herramienta más poderosa. El amor que te dieron, el que diste, el que darás y el que te darán.

No quiero escribir sobre lugares comunes, no usaré frases hechas, no te quiero decir que todo va a ir bien, que el dolor pasará, que estarás mejor algún día, porque no me vas a creer. Sólo quiero decirte que conozco tu dolor y que hay maneras de vivir con la pérdida.

También quiero darte esperanza y decirte que llegará un momento en que toda la energía que ahora empleas en el dolor y en la pérdida comenzarás a invertirla en la vida. Aprenderás a recordar a tu ser querido con gratitud y a conmemorar los años vividos, los recuerdos, las risas, las charlas, los abrazos, los mimos, los besos.

No hay plazos para esto, no hay una ciencia exacta para las emociones, pero tu cuerpo y tu mente pedirán a gritos dejar de sufrir, porque es terrible vivir eternamente con tanto desgarro. Permite que tus sentimientos te aborden tanto tiempo como sea necesario. Pero permite también que se vayan a pasear de vez en cuando para que te den un respiro, para que puedas recuperar fuerzas. El dolor regresará una y otra vez, pero su intensidad será cada vez más liviana, porque el amor sustituirá al dolor. El viaje que te espera no te va a gustar, te resistirás, querrás rendirte, tendrás miedo a olvidar, habrá días en que el sufrimiento ganará la partida, pero es necesario atravesar este desierto lleno de agujas porque la alternativa es mucho más aterradora: ser testigo de tu propia muerte en vida.

Sin ÉL, sin ELLA, tú ya no eres la misma persona y tienes por delante la tarea de descubrir quién eres ahora que te falta un pedazo de tu corazón.

Quiero decirte, por último, que en Talitha estamos para ti, para escucharte, para abrazarte. Sabemos lo que estás sufriendo y sabemos cómo acompañarte porque ya estuvimos donde ahora estás tú. Ven, corazón, y llora.

Despliega el aire, alumbra la claridad, abraza el dolor y la esperanza, el mar, el desierto, que aletee tu horizonte, bate las alas empapadas en lágrimas. Y recuerda con gratitud. Sólo por amor.

Concha Moral                                       

14-05-2020

No hay comentarios

  1. Juliagripina el 23 de junio de 2020 a las 6:33 pm

    Creía que me estaba volviendo loca no veo normal que la primera semana estuviera como si nada vacía, después del mes y medio de sufrimiento para él y para mí había llegado a su fin, habíamos llorado t juntos hablado y despedido llenos de dolor rabia contenida por mi parte, pero el 7 de mayo a las 17:04 todo terminó una semana en blanco, pero y ahora? Que ha pasado donde está mi paz, todo es oscuro, solo deseo el silencio no quiero olvidar. me ha gustado leer este artículo pues veo que todos guardan el dolor y los demás no lo vemos, gracias

    • Concepción Moral el 24 de junio de 2020 a las 8:17 am

      Querida Juliagripina: no puedo decirte ninguna palabra de consuelo, porque no existe consuelo, ni alivio. Nada de lo que pueda decir te va a hacer sentir mejor. Lo que me gustaría es poder tomarte de la mano y abrazarte muy fuerte. Que pudieras desgarrarte y llorar hasta llenar un mar y gritar hasta quedarte sin voz. En estos momentos solo el desahogo sirve para darle salida al sufrimiento. Quisiera acompañarte para escuchar todo lo que necesites contar, para llorar contigo. Julia: te sientes vacía, pero no estás sola. Yo fui a la asociación Talitha y creo que me salvaron la vida, literalmente. Sé que ahora quieres estar sola, que estás perdida, que no quieres ver a nadie y que todo lo demás, el mundo entero te importa una m*, pero si tienes posibilidad de venir, aquí encontrarás el apoyo que tu cuerpo y tu mente necesitan. Cada cosa que digas, que sientas o que grites serán también nuestra palabra, nuestro sentir y nuestro grito. Ven, corazón. Y si prefieres hablar primero con alguien por teléfono llama a la asociación. Si prefieres hablar conmigo estoy para ti. Puedes pedirles mi número. Ya has dado el primer paso: expresar tu dolor aquí. Vendrán más pasos y estaremos contigo. Un fuerte abrazo Julia.

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