ES VERANO Y SIGO EN DUELO.
Estar en duelo significa, no saber cómo vas a seguir viviendo si él o ella no están, significa no poder conciliar el sueño porque no puedes dejar de pensar en todas aquellas cosas que hacíais juntos y ahora no sabes cómo hacerlas, estar en duelo significa repasar mentalmente, continuamente, cada palabra dicha o dejada de decir, lo que podría estar haciendo y ya no hará, lo que hizo, lo que ocurrió, y nuevamente volver a repasar, dejándote sin fuerzas para casi nada.
A veces te parece que estas algo mejor y emprendes una tarea, unas veces no puedes terminarla, otras se concluye y la propia satisfacción puede ser motivo de culpa o enfado.
No es difícil sentirse enfadado/da sin motivo… ¿Aunque haber perdido a alguien importante en nuestra vida, no es motivo?
Cuando puedes abrir tus sentimientos, contarlos, escribirlos, pintarlos o quizá danzarlos, cuando puedes compartir con alguien que sientes que te entiende, a veces ese dolor, que abrasa, parece que se mengua un poquito.
En Talitha compartimos en los grupos, sin juicios, con respeto, abrazando y sosteniendo lo que hay en cada momento, para avanzar juntos hasta ese lugar donde cada uno sienta que su ser querido está, y siempre estará, en nosotros y además podemos disfrutar la vida.
En estos días de verano, los grupos descansan, y podemos también echar de menos a los compañeros, sus palabras reconfortantes, su escucha incondicional y su cálido abrazo.
Podemos aprovechar este tiempo para el reencuentro con aficiones pasadas, quizá llamar al amigo/a que siempre ha estado ahí, un café, un libro, un viaje…, puede que nos cueste, estamos en duelo, pero se puede. Tenemos la capacidad, podemos intentarlo.
El descanso estival, cambiar la rutina, nos permite pararnos, mirarnos, detenernos un poquito en nosotros, lo suficiente para decidir, si lo que estamos haciendo es lo que queremos hacer. Aprovechadlo. Escucharos.
Os invito a ser buenos con vosotros/as mismos/as, a que os queráis y os deis permiso para hacer todo aquello que os haga sentir mejor. Os invito a sonreír, porque esa sonrisa en vuestros labios se contagia, es un regalo que hacéis a quien os mira, y para vosotros/as también.
Mis mejores deseos.
Pilar.